LA IMPORTANCIA DE PRESERVAR LA MEMORIA, EN LA FOTOGRAFÍA DE MIGUEL ÁNGEL CID
Zacatecas, Zac.- Susana y las lecturas, rostros, patas de perro y señales de amor y paz; gotas de agua, una mujer de pequeña nariz, de página en página el aullido de un coyote, una cuesta que amenaza con venir abajo y el guión amistoso de Yolanda Alonso que cuida cada página.
Así es el libro Luz (desecha), de Miguel Ángel Cid, en la percepción literaria de Edgar A. García Encina. El catedrático de la Universidad Autónoma de Zacatecas convirtió su participación en un juego de imágenes poéticas, en el inicio de la presentación de este producto editorial de Policromía, que compila el trabajo fotográfico de Cid, el que, coincidieron sus comentaristas, documenta la ciudad de Zacatecas.
Yolanda Alonso, directora de Policromía y amiga de Miguel Ángel, no recuerda cuándo fue que él empezó a tomar fotografías. Piensa que tal vez fue muy de la mano cuando él fue docente y tuvo a su cargo el taller de fotografía; ésto pudo haber sido un parteaguas, al igual que una exposición que duró un día y su colaboración en el suplemento cultural La Soldadera.
Alonso empezó a identificar una línea documental en el trabajo fotográfico de Miguel Ángel que, aunque no es la única, sí es una constante en la producción de qué es la ciudad, sus espacios, transformaciones, accidentes. Un antecedente pudo ser el fotorreportaje Patria Mía, que le valió en 2017 el Premio Estatal de Periodismo Cultural, al que convoca el Instituto Zacatecano de Cultura, y en el que la ciudad fue protagonista.
Alejandro Ortega Neri, historiador, escritor y también fotógrafo, habló de Luz (deshecha) y del trabajo en general de Cid, en la fotografía. Él lo hizo a partir de tres momentos: el primero de ellos desde el punto de vista histórico y la importancia de preservar, documentar y guardar, y de cómo la fotografía es una herramienta perfecta para preservar la memoria.
El segundo momento del que habló Ortega Neri fue desde el punto de vista fotográfico, y dijo que el de Cid es un trabajo técnico y preciso, con paciencia litúrgica. El tercer punto lo refirió desde la literatura y la poesía al comparar el trabajo del autor en mención con la poesía de Ramón López Velarde, que está dotado de elementos religiosos, eróticos y de provincia.
En su momento, Miguel Ángel Cid, bajo la presentación de la directora del Museo Zacatecano, Julieta Medina Briones, agradeció la presencia de amigos y familia, así como de la cristalización de este proyecto, que realizó con Policromía al lado de Yolanda Alonso. Habló del proceso del libro- catálogo y de la exposición Cielos zacatecanos, que fue inaugurada tras la presentación del libro, en uno de los espacios de exposiciones temporales del Museo.