LOS SERVICIOS DE GESTIÓN ENERGÉTICOS COMO MODELOS DE NEGOCIO
Por Maria Luz Díaz
Docente y consultora ambiental de Cerem International Business School
Los servicios energéticos o de mejora de la eficiencia energética destinados a satisfacer las necesidades del mercado son, como modelo de negocio, un desafío y un reto que se ha de evaluar en el marco socio-económico global para verificar las oportunidades y los riesgos que implica asumir un proyecto de estas características. Esta premisa se fundamenta en las variaciones que contempla la asunción de estos servicios en diferentes áreas de la geografía internacional que detallaremos en este análisis sobre los servicios energéticos.
El desarrollo de estos proyectos es prometedor porque sus áreas de actuación se pueden extender en diversos ámbitos contemplando, así, infinidad de servicios energéticos. Estos servicios perseguirán el fin descrito en la introducción y están basados en la idea de mejorar la eficiencia, así como de disminuir los costes de la energía. Por ello, la función de las ESE abarca un proyecto con carácter integral desde la financiación hasta el control de riesgos e, incluso, el diseño económico de viabilidad, manifestó Maria Luz Díaz, docente y consultora ambiental Cerem International Business School.
La definición de la Directiva 2006/32/EC en relación con el modelo ESE o ESCO (Energy Service Companies) abarca tanto a la persona física como a la jurídica que suministra «servicios energéticos o de mejora de la eficiencia energética» para satisfacer la demanda en las instalaciones de los consumidores. En este sentido, la aplicación del modelo ESCO contempla la existencia de un «riesgo económico» al ejecutar las necesidades del cliente.
La citada Directiva alude al pago de los servicios para señalar que se establecerá, parcial o totalmente, en función de «mejoras de la eficiencia energética» y tras confirmar que se ha cumplido con la prestación de los rendimientos que se soliciten. Por tanto, la definición se concreta en tres aspectos fudamentales que son el riesgo, las mejoras de la eficiencia energética y el cumplimiento de los servicios requeridos.
La configuración de los servicios energéticos o de mejora de la eficiencia energética responde a estas premisas. El éxito de este modelo de negocio dependerá de diversos factores en función del área geografía, la legislación vigente en cada país y el grado de consumo.
El alcance, pues, de estas variables se traduce en datos. Un caso especialmente llamativo es el de Estados Unidos que ha conseguido beneficios para el cliente, porque su mercado está consolidado y las normativas legales son propicias para el crecimiento del sector.
Así mismo, EE.UU. destaca por el significativo número de contratos procedentes del sector público. Por contra, otros países, con mayor consumo no han podido desarrollar, ni consolidar este modelo de negocio, dado que los aspectos legislativos no proporcionan las bases idóneas para el desarrollo e implementación de los servicios energéticos.